NECESIDADES NUTRICIONALES EN LA FIBROSIS QUÍSTICA
El primer y más inmediato objetivo a alcanzar en la dieta de la persona que padece fibrosis quística es cubrir sus requerimientos nutricionales mediante una dieta adaptada y personalizada a cada fase o periodo de la enfermedad. Además, habrá que ajustarla a la edad, sexo y actividad física que realiza esa persona, sólo así se podrá conseguir un estado nutricional correcto y adecuado, ya que la prevalencia de desnutrición es relativamente alta en los afectados por esta patología.
Esta desnutrición se debe a varios factores, entre los que destacan: el aumento de necesidades de energía debido a la enfermedad, el incremento de pérdidas calóricas y una ingesta insuficiente por la falta de apetito propia de estos procesos.
Las necesidades nutricionales de los afectados por fibrosis quística pasan pues por aumentar ligeramente, entre 20 y un 50%, el porcentaje energético de la dieta. Respecto a los macronutrientes, es aconsejable reducir ligeramente la cantidad de hidratos de carbono, aunque sigan siendo la base de la alimentación, en beneficio del aporte de grasas, que se suele incrementar para cubrir los requerimientos de estos pacientes. Mientras que el contenido proteico de la dieta se mantiene similar.
De esta forma, se trata de lograr una alimentación energéticamente concentrada, es decir, en pocas cantidades, para no provocar sensación de saciedad, introducir bastantes calorías para compensar las pérdidas y así evitar el deterioro general y específicamente muscular.
COMO AFECTA LA FIBROSIS QUISTICA LA ALIMENTACIÓN
Sobre este tema es bueno precisar que la enfermedad condiciona y afecta tanto a la alimentación como viceversa. Es decir, debido a la fibrosis quística, estas personas poseen un gasto energético elevado y una anorexia o falta de apetito bastante marcada, pero, a su vez, una buena alimentación que estabilice su estado nutricional mejorará la evolución y sintomatología de la enfermedad.
Debido a la anorexia existente, la dieta resulta insuficiente en muchas ocasiones, y se hace necesaria la suplementación e incluso el uso de soportes de alimentación artificiales (nutrición enteral oral, enteral o parenteral).
CAMBIOS EN LA DIETA DEL PACIENTE CON FIBROSIS QUÍSTICA
Los alimentos grasos son un recurso para el paciente con fibrosis quística para aumentar la ingesta de energía.
Las principales modificaciones de la dieta que deben llevar a cabo los pacientes con fibrosis quística van encaminadas a conseguir una ingesta energética adecuada a cada uno de ellos. Por este motivo, principalmente, se sugieren dietas que estén fraccionadas, es decir, donde se coma varias veces al día, pero no demasiado volumen para no llenar rápidamente a la persona.
Además, en muchas ocasiones, los hidratos de carbono sencillos, simples o de rápida absorción como son los azúcares, los dulces y los alimentos derivados de ellos son utilizados como fuente calórica, lo cual puede llegar a superar con creces las cantidades recomendadas para llevar una dieta saludable. Por ello, lo mejor es optar por productos dulces pero elaborados de manera casera, a no ser que se tenga una fibrosis quística con diabetes, en ese caso deberá moderarse el consumo.
Asimismo, los alimentos grasos se utilizan como recurso para aumentar las calorías y se añaden a numerosos platos como ingrediente extra. Por ejemplo, se pueden tomar frutos secos, pescados con gran cantidad de grasa, como el salmón o el atún, además de quesos, natas o salsas, pues los pacientes con esta enfermedad no suelen presentar colesterol alto.
En cuanto a los modos de cocinar para las personas con fibrosis quística, se aconseja utilizar con mayor frecuencia los rebozados, empanados y guisos, porque admiten más grasa, especialmente hechos con aceite de oliva, y resultan más fáciles de enriquecer.
También se recomienda tomar suplementos de vitamina A, D, E y en algunos casos también de vitamina K. Tampoco pueden faltar cantidades importantes en la dieta de minerales como el cinc, el sodio, el hierro y el calcio.
TRATAMIENTO NUTRICIONAL PARA LA FIBROSIS QUÍSTICA
Como regla inicial, en el tratamiento nutricional de la fibrosis quística no existen alimentos desaconsejados ni restricciones dietéticas. En principio, viene a ser todo lo contrario. El paciente puede comer de todo y, básicamente la regla a tener en cuenta es, cuantas más calorías contenga, mejor.
En general, es adecuado seguir los principios de la dieta saludable marcados por la pirámide de la alimentación saludable y los diferentes consensos y recomendaciones generales.
Es decir, existen alimentos de consumo diario:
• Grupo de cereales: pan, pasta, arroz, maíz, patata, cereales de desayuno, etcétera.
• Grupo de verduras: hortalizas y frutas, junto con el aceite de oliva virgen.
• Grupo de lácteos: leche, yogur, queso…
También hay alimentos de consumo semanal:
• Grupo de carne magra, pescado blanco y azul, huevos, frutos secos y legumbres.
Y grupos de consumo ocasional:
• Grupo de carnes grasas, alimentos grasos, alimentos dulces.
En el caso concreto de la fibrosis quística, algunos de los alimentos de consumo ocasional se introducen con cierta frecuencia en la dieta como suplementación. En concreto, los alimentos azucarados y grasos, por su alto rendimiento calórico, es decir, aportan muchas calorías en pequeñas cantidades. Algunos ejemplos: añadir a los platos, salsas o bocadillos aceite de oliva virgen, queso, quesitos, mantequilla, margarina, nata, huevo, azúcar, mermelada, miel, chocolate, patata, frutos secos, chorizo, panceta, morcilla, etcétera.
También es importante evitar la sensación precoz de saciedad en la dieta, por este motivo, se evitarán alimentos con mucho volumen y pocas calorías, especialmente en fases agudas del proceso o cuando la falta de apetito se presente de manera más acusada.
Además, es aconsejable intentar tomar los líquidos fuera de las comidas por el mismo motivo; para evitar la distensión de las paredes del estómago produciendo falta de apetito.